martes, 11 de enero de 2011

La sonrisa de la cascada

Del cielo a la rama, una gota
 De la gota al suelo
Del suelo al arroyo
Del arroyo al tendalero
Y del tendalero a la sonrisa dentona de la cascada.

2 comentarios:

sbo dijo...

Muy sugerente la renuncia al color. La naturaleza, a veces empalaga de verde.
Nos debemos preguntar si cambia algo después de una intervención en el paisaje. Hacer un ejercicio de comparación ANTES-DESDUÉS.¿Qúe dimensión tiene nuestra aportación, si es que tiene alguna?

El Angel Onicófago dijo...

Sin duda hay un antes y un después. No lo sé si sobre el paisaje pero sí sobre nosotros, los interventores. Yo no soy el mismo después de una reunión del tripartito tendalero. El cambio, cuando menos, es una retroalimentación en el impulso de seguir con las intervenciones.